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miércoles, 30 de noviembre de 2011

Mensaje Crístico Cósmico de Shilcars


Queridos amigos, hermanos, atlantes todos, miembros de la
Confederación incluidos, buenas tardes noches, os saluda Shilcars desde el
planeta Agguniom. 
Con seguridad todos querríamos conocer el futuro de nuestras vidas,
las circunstancias por las que vamos a ir atravesando. Tal pareciere que
conociendo el futuro sabríamos encauzar mucho mejor este presente. 
En cierta forma eso es correcto, lógico. Más, si no cambiamos la
forma de nuestro pensamiento y transformamos nuestras impresiones,
conocer el futuro tal vez será algo inútil. 
Porque conociendo el futuro sin haber cambiado nuestro presente,
nuestra forma de pensar, ampliada nuestra capacidad de comprensión, de
asunción de ideas, nuestro futuro tal vez nos pareciere algo inalcanzable,
hitos inalcanzables con el pensamiento actual, y esta situación sería poco
apropiada.
Si no estamos preparados para conocer el presente, mucho menos lo
estaremos para conocer el porvenir. Esta es una medida cáustica que la
mente cubre sobradamente para evitar, entre otros muchos problemas, la
llegada de la depresión. Producida muchas veces por la poca capacidad de
asimilación.  

Así que habremos de convenir entre todos que tendremos primero
que irnos preparando. Preparando una base intelectual, mental, para dar
luego cabida a todo ese futuro cargado de nuevos planteamientos. 
En definitiva es esto, amigos, hermanos: planteamientos nuevos para
una nueva sociedad. Una sociedad armónica que se distinga de las
anteriores, y de la actual. 
Aunque todo el proceso para llegar a este punto requiere de un
trabajo, de una preparación. A un nivel tal, que no basta con seres que
participen con su inteligencia y debamos ir tras ellos, con sus propósitos,
planteamientos, programas, sino que es una cuestión de grupo, es una
cuestión de masa crítica. Todos debemos ir a una para encauzar
debidamente los propósitos, los programas, los planteamientos de futuro. 
Entonces, en esa unidad de pensamiento, todos unidos en un mismo
planteamiento y proyecto, cuando nos decidimos embarcar hacia ese nuevo
horizonte a través del mismo rumbo y objetivos, con el mismo propósito de
ahondar en la bondad de nuestros pensamientos, en la entrega sin esperar
nada a cambio, cuando todo esto se cumple, la mente suelta lastre, se rinde
ante nuestro propósito de regeneración y nos amplía el campo visual, nos
abre otras expectativas. Y lógicamente vemos también mejores soluciones. 
Es entonces cuando nuestra capacidad se amplía, y lo que ahora
podríamos ver como un gran muro inexpugnable, se transforma en una
especie de nube que poco a poco se va difuminando, permitiéndonos
observar otro espacio, otros colores, otras posibilidades dentro de las
infinitas que nos brinda la cuántica para explorar nuestra propia psicología. 

Aquí, pues, ya veis, se trata de trabajar nuestro interior mental, de
irnos preparando, de ir corrigiendo desviaciones, de reconocer que hemos
de ir desapegándonos, a través de la comprensión, de todas aquellas
circunstancias que nos mantienen fijos en un punto y no nos permiten volar
hacia la imaginación creativa, creando nuevos planteamientos. 
Todo eso, amigos, hermanos, lo habremos de conseguir. Es muy fácil
cuando los planteamientos se unifican, se reunifican además, y se brindan
oportunidades para todos. 
En estos tiempos iréis conociendo nuevos pensamientos, incluso
externos, que darán la impresión de ser paralelos al pensamiento
tseyoriano. Que en definitiva es el pensamiento crístico cósmico, que es
uno. 
Ahora empezarán a salir nuevos pensamientos con planteamientos,
como digo, que podrán parecer idénticos, pero que en el fondo no lo serán,
porque serán propios de la elucubración, del oportunismo, de las ganas de
representar un papel ficticio, que no corresponde.


Ahora es cuando hemos de estar más despiertos, observantes y
reconocer de facto, y al punto, aquellos falsos profetas, aquellos que tal vez
piensan que “a río revuelto ganancia de pescadores”. 
La confusión de las mentes trae dichas consecuencias. Es parecido a
una olla en la que todos sus ingredientes están en ebullición, cada vez
mucho más acelerados por la presión, por el calor del fuego que los
alimenta. En este posicionamiento, todos giran en un caos, todos los
ingredientes se mueven, remueven y quieren salir a la superficie como sea. 
Y ahora, en esta sociedad, está pasando lo mismo: el fuego de la base
está acelerando todos los átomos y moléculas de nuestros organismos. 
Ese fuego está propiciando el caos, y todos los ingredientes, todos
los elementos que en esta olla imaginaria están, necesitan salir, respirar
nuevos aires. Ya no les sirve alimentarse de la retroalimentación propia del
caldo, en tranquilidad, apaciblemente. Ahora se ven propulsados al exterior,
y algunos de esos pensamientos conforman un caldo de cultivo propio de
los falsos profetas. 

Este es el momento, pues, de estar más alerta, porque recibimos
impactos de todas partes, desde todos los puntos. Lo podemos ir
observando en nuestro diario acontecer: accidentes, contaminación,
agresividad… Y también ganas de mejorar, ganas de cambio. 
Pero todo ello está muy revuelto y por eso es conveniente que
mantengamos la calma primero, que sepamos a ciencia cierta lo que
queremos, cómo lo queremos y qué medios vamos a emplear para alcanzar
nuestro objetivo. Y luego habremos de ser muy prudentes, observadores,
pacientes, bondadosos y con un gran sentido del hermanamiento. 
Con todo eso es posible que podamos ver claramente nuestras
capacidades y posibilidades, que son infinitas, para la autorregeneración,
para la evolución consciente de nuestro pensamiento. 

Con todos esos ingredientes, junto a la hermandad que proporciona
un equipo bien estructurado desde todos los puntos, podemos hacer frente a
ese futuro que para nuestra mente lógica y determinista puede parecer
incierto. Aunque en realidad, cuando se tienen todos los antecedentes y los
mismos se conocen, puede uno maniobrar perfectamente y resituarse. 
Con este planteamiento que estamos indicando, conocer o no el
futuro tal vez ni nos va a importar. Y porque en realidad el futuro no existe,
lo único que existe es ese instante mismo, y en ese instante mismo
sabremos maniobrar. Y lo que somos ahora, seremos en el futuro si no
transformamos antes nuestro pensamiento. Por lo tanto, si ignoramos
nuestro presente, será una continua recurrencia, será una cinta sin fin. 
En cambio, si nos percatamos de lo que realmente queremos, de
dónde estamos, y qué hacemos aquí, si realmente nos autoobservamos,
descubriremos un mundo infinito de percepciones porque, valga decirlo
ahora, ya estamos preparados para reconocernos.

Y con todo ello sabremos conocer, reconocer, incluso separar,
aquello que no interesa de lo que realmente interesa. Ya no habremos de
pedir a los demás que nos propongan sus impresiones, que nos dicten lo
que hemos de hacer. Sabremos hacerlo nosotros perfectamente porque
empezaremos a despertar. 
  
En síntesis, amigos, hermanos, no nos interesa tanto conocer el
futuro; nos interesa más ser conscientes de este presente. Nos interesa saber
a dónde vamos, lo que queremos y cómo lo queremos. Y lo demás se verá
por añadidura. 
Sin embargo, también, conocer el futuro o en este caso conocer y
saber analizar algunos parámetros de la trayectoria futura, no vendrá mal,
pero no nos obsesionaremos en ello. Trabajaremos en este presente,
valoraremos lo que tenemos, lo potenciaremos y… ¡juntos venceremos! 
Os mando mi bendición, amor, Shilcars.

Tomado de: 

TSEYOR Grupo de Divulgación del mensaje Crístico Cósmico.

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